Apuntes Temáticos
"Somos elementos de un gran movimiento social que tiene que concluir por el engrandecimiento de nuestra patria" —Mariano Azuela
Hoy es 20 de noviembre. Hace 115 años, Francisco I. Madero llamó a levantarse en armas mediante el Plan de San Luis, bajo la consigna “Sufragio Efectivo, No Reelección”.
El tibio en la olla exprés del México porfirista demostró algo más hondo: lo poco que ha cambiado la realidad. La consigna primaria sigue viva porque, en el fondo, no hay mucho que celebrar.
No es analogía. Mariano Azuela, contemporáneo de Madero, escribió Los de abajo, novela que narra la Revolución no desde el poder ni sus juegos políticos, sino desde el pueblo.
Uno de sus personajes, Luis Cervantes, encarna a la clase media que anhela ser lo que no será jamás, la que no asciende, se desploma. Cervantes logra subir, sí, pero temporalmente, gracias a las circunstancias… y a las traiciones.
Azuela también mira a quienes observan con desánimo. Un desencanto que no es apatía: es pura urgencia de supervivencia. No les interesan los enredos políticos; son la carne que recibe la primera embestida. Lo suyo es lo inmediato: la vida de los suyos.
Y siempre aparece quien ve la oportunidad y trepa —como el mismo Cervantes—. Un fenómeno que se repite hoy: los que se adaptan y los que se aprovechan. Azuela lo resume en boca de Venancio:
"—Pero lo peor de todo es que estamos llenando de federales."
Toda revuelta se traiciona. Los adversarios de ayer ocupan los puestos de hoy. Los ideales se convierten en joyería barata. Y entonces llega la reflexión que duele:
“Pero se me figura que nos está sucediendo lo que aquel peón de Tepatitlán…No paraba de rezongar de su patrón, pero no paraba de trabajar tampoco. Y así estamos nosotros: a reniega y reniega y a mátenos y mátenos…”
La revuelta de 1910 pronto fue traicionada. Las deudas históricas persisten solo cambian de nombre y región.
Ahí están las demandas de Julio Jaramillo: tierra y libertad. Ahí están Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, maestros rurales que buscaban prestaciones dignas y respeto. Hombres que probaron primero la vía legal, evaluaron los avances y concluyeron que la única salida era irse a la guerra. Lo mismo pensaron muchos entre los 60 y 70. De eso trata México Armado, de Laura Castellanos. Un libro que nos recuerda que podemos mejorar, salir del embrollo, si no fuera porque el talón de Aquiles siempre reaparece para condenarnos a repetir el fracaso.
Pero vuelvo a Azuela. A la narrativa de la desilusión de ayer, que es la de hoy.
Los Cervantes abundan. Son el rostro de quienes hoy conducen los destinos.
Pero también hay Demetrio Macías en demasía. Ellos abrieron el camino y ahora ven pasar a los federales, ven cómo se sientan a gritar ¡Viva la Revolución!
Justo en esta última reflexión, recuerdo el cálculo cotidiano de nuestro tiempo. Hace meses, un taxista me dijo algo que lo resume todo:
“Los que están convencidos no obtienen nada.Los que llegan y son más hijos de la chingada lo consiguen… Así es la política.”
No quiero creerlo, pero ocurre. No lo dudo. Sin embargo, merecemos más. Ya lo sabemos. Y debemos actuar, porque como escribió Carlos Fuentes en La silla del águila:
“No tomar decisiones es peor que cometer errores.”
Una reflexión que nace de pensar en Madero, pero que debe llevarnos a pensar en nuestro país. No podemos permitirnos seguir en bucles infinitos.
El hombre que siendo tibio nos calienta a la distancia, nos da lecciones.
Que se haga, pero en serio.
Alan Jiménez
Hace mucho que intento escribirte, y me pregunto por qué. Y, sobre todo, para qué.
Tú debes ser feliz, y yo también debería serlo. Pero esta atadura —mental y del corazón— me lastima.
Dicen que eres la catedral de este ateo: el templo que levanté para una diosa que profesa otra fe. Quizás por eso escribo para ti: para honrar cada beso, cada caricia que hoy habita en el olvido de la piel.
Eres el olvido constante, el amor prohibido, los sueños frustrados.
Eres la vida que no fue, que no seremos.
Sé poco —o nada— de ti, y eso a veces me parece fantástico, porque no quiero saber que eres rabiosamente feliz. Aunque lo mereces, me dolería confirmar que esa felicidad no me incluye.
Por eso pienso que debo dejar de buscarte, de imaginar encuentros clandestinos, tan comunes en esta sociedad que confunde deseo con afecto.
No quiero verte para calmar un impulso; quiero verte para escucharte, saber cómo has cambiado, qué piensas ahora.
Quizás extraño tus regaños, tus ideas que contradecían las mías, tus palabras que daban sentido a mis sueños pisoteados por los enemigos de la vida, por esa terrible realidad que siempre se impone.
Pero la más terrible de todas es haber perdido lo que nunca fue mío —como escribió el más grande de los poetas, Pablo Neruda.
Y sin embargo, hay algo hermoso en esa pérdida: la determinación del abandono.
La partida hacia un lugar donde ya no seremos.
Más que advertencia, hoy es evidencia: esta tragedia mía de seguir aferrado terminará por hundirme.
No quiero despedirme. Tampoco quiero seguir en estos dilemas que atormentan mis días.
En fin... ¿qué más podría decirte?
Amor eterno, corazón en sincronía, extraña añoranza:
te adoro aún. Me niego a dejar de amarte.
Quien te adora y te quiere,
Siempre.
Estamos por llegar al último capítulo del libro de la Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire, el pedagogo brasileño que la nueva escuela mexicana a tratado de traer a nuestros días para llevar una educación emancipadora y diferente para los educandos, una visión diferente que parte que nadie lo sabe todo y nadie lo ignora todo, por eso es importante pensar en que la formación parte de los saberes y entendidos de los docentes y de los educandos que no son ignorantes y además tienen un contexto social muy particular que cada uno de quienes estén frente al grupo debe atender y contextualizar para una mejor formación, pero bien, el capitulo 4to. Habla de una invasión cultural, Freire habla literalmente de ocupar por los opresores un espacio de congregación de los oprimidos, pero también figurativamente, esas invasiones hemos vivido en carne propia últimamente, somos objeto de invasión en un espacio comunitario, el cual a través de un brazo operativo de la alcaldía Iztapalapa se ha ejecutado la invasión del espacio que no le pertenece, que era administrado por la comunidad y que llamo robo al equipamiento donado, comprado por el presupuesto participativo que año con año se dispone para el mejoramiento de la infraestructura urbana de las colonias y pueblos originarios es así como se construyó, pero hay quienes creen y ven gente muerta, así como la película famosa “Sexto Sentido”, que quieren ver que ahí se construyo un centro de operación política, para una figura pública y política que si bien es de las mismas filas no es (dirían algunos) de su club de amigos, porque a diferencia de lo que narrativamente se empeñan en negar los morenistas, cometen incesantemente los mismos errores del perredismo, pues crean tribus, divisiones internas que solo acabaran con la reputación que se ha construido porque es sabido por la sociedad que están rebasados, acabados y liquidadas esas formas de hacer política de muy baja estatura, pero ese es el recurso que ocupan diría Freire “De ahí que, si bien todo desarrollo es transformación, no toda transformación es desarrollo.” Y para toda estructura que dice construir y ser del 2° piso es una fracasó que se mantenga en lógicas que se deben ir superando para que sea realmente un progreso importante, que no sea limitativo a poner barreras a las comunidades y sean un retroceso con las practicas tan conocidas y constantes de quienes salieron en el pasado por el abuso de la autoridad. Entender a Freire y entender que no debemos caer en los errores tan comunes de las izquierdas es el reto mayúsculo que muchos abdican a esa condición de ser seres que emancipen y cambien la realidad de la que provienen, no a replicar las viejas lógicas opresivas que hemos padecido, si bien, también diría Freire que la mayoría de los liderazgos provienen de la elite opresora y la voluntad de sumarse a los oprimidos será la vía de transformación correcta, no podemos dejar que ellos sean quienes solo creen el liderazgo, la masa, el pueblo debe proponer uno, que será difícil y complejo de sostener por muchos más factores que obedecen a otras situaciones culturales y prejuicios, es fundamental pensar en la revolución cultural que el 2° piso necesita y merece, porque si no esos viejos liderazgos son más una amenaza para el progreso de la 4T que un beneficio en la experiencia de saber los escondites y los laberintos de la administración pública.
Marcos Alan Jiménez Gómez
Romper la rueda, romper el juego
Los últimos días del 2024 y los primeros del 2025 los pasé viendo los capítulos finales de Juego de Tronos y la segunda temporada de El juego del calamar. Ambas series, aunque muy distintas en forma y contexto, comparten un mensaje central: “romper la rueda” y “romper el juego”. En el fondo, ambas expresan el deseo de acabar con el sistema económico mundial y con las lógicas que lo sostienen.
Pero salirse de esa estructura —como muestran ambas historias— suele terminar con fuego y sangre, o con acusaciones de locura. Le ocurrió a Daenerys Targaryen, quien soñó con destruir el orden para liberar al mundo, pero terminó siendo asesinada por Jon Snow, el hombre que amaba, al descubrir que ella aniquilaría todo a su paso con tal de romper la rueda.
Pensaba entonces en León Trotsky, y su idea de una revolución permanente e internacional. Era lógico: un proyecto transformador aislado difícilmente sobrevive. Ahí está Cuba, resistiendo con sus imperfecciones, pero viva. Como dirían algunos, “muerto el perro, se acaba la rabia”; sin embargo, la historia muestra que las ideas raramente mueren del todo.
Tras la muerte pasional de Daenerys, la serie se centra en la búsqueda del heredero legítimo y digno de los seis reinos, sugiriendo que la democracia —aun con sus defectos— puede ser el menos imperfecto de los sistemas posibles para la toma de decisiones. Juego de Tronos es una serie que puede disfrutarse plenamente a lo largo de sus ocho temporadas, y que se cuece aparte de la obra escrita de George R. R. Martin. Su universo ficcional es, sin duda, una invitación a la lectura y a la reflexión sobre nuestra propia realidad.
En cambio, El juego del calamar es un recordatorio constante de que romper con el sistema no es sencillo. No bastan las armas ni los gestos heroicos: incluso quienes parecen aliados terminan sofocando la revuelta desde adentro. El héroe, tarde o temprano, muere. La nueva temporada aún no define el rumbo final de la historia, pero ya deja claro un mensaje: algo debe cambiar.
Las lecturas y las series deben disfrutarse por placer, no por obligación. En eso también hay cultura. Recuerdo, por ejemplo, la recomendación de la serie italiana Engaño, acompañada de una frase de Antonio Machado:
“Se miente más de la cuenta por falta de fantasía: también la verdad se inventa.”
Y quizá sea eso lo que nos salva: la capacidad de inventar la verdad, de mirar con otros ojos la ficción y reconocer en ella las grietas del mundo real. En este regreso a la vida común, sin mucho que festejar, solo queda leer, mirar y pensar… por el simple goce de la cultura.
Hay decisiones complicadas todos los días que emprendemos unas más que otras, hace tiempo, decidí suspender la escritura de la columna “La Criticona” que lo hacia 3 veces a la semana aparecían los Lunes, Miércoles y Viernes, para luego solo quedarse el Lunes y Viernes y posteriormente como hasta ahora solo los lunes seguramente se entenderá que cada recorte en la aparición de los días significa pérdida de tiempo y quizás que no tenía los elementos suficientes para poder escribir o crear alguna conjetura , por supuesto no lo digo con dolor ni mortificación alguna en su momento creí conveniente y correcta mi decisión.
También ahora escribo por tercera vez en el año en este cuaderno de doble raya, que pretender hacer apuntes de lecturas, visitas a museos, películas o simplemente reflexiones que me atormentan por momentos, y para no desentonar con las perdidas vividas recientemente, está por finalizar una etapa en mi vida, una experiencia por la administración pública que como los caminos de la vida no eran como yo creía, ni como yo soñaba, motivo por el cual la columna también se sacrificó para evitar problemas o malos entendidos que los hubo, por malas lecturas o interpretaciones llevadas de lo nacional a lo muy particular, pero son opiniones y seguirán siendo opiniones a título personal, son las lecturas, son interpretaciones de las “conjuras comunistas”. El papel que desarrolle no fue relevante o visible, es quizás las ideas, son los espacios (aunque pequeños) de toma de decisiones que me interesa y de alguna manera estuve presente, pero también y con mayor consistencia en la tarea de comunicar con lo que se tenía y con lo que se podía, en los intentos por robustecer se esfumaron, sus razones tendrán y lamentarlo ahora es francamente ridículo.
Pero sin duda agradezco profundamente al profesor Everardo que me saco de la escritura al territorio, como la oportunidad de acompañar la travesía, también a Eloísa Ibarra, Ángel Flores, diría Monsiváis “Muchos dicen que han cumplido con su deber, y a mí, me da mucho gusto no haber cumplido ni con la mínima parte de él, para desgracia o fortuna de esta patria.”
Cierro una etapa que siempre supe eventual porque son espacios que tienen fecha de caducidad y que bueno, porque por eso aparecen después personajes detestables como lo hemos visto en el pasado, así que no es el apocalipsis, es simplemente la conclusión de una ruta tomada, que insisto no fue como imagine, menos como la soñé, el aprendizaje quedara para siempre, la decepción pesara por siempre.
Pero no quiero que este sea un muro de lamentos, prefiero aprovechar para citar algunos nombres que me acompañaron ya agradezco y valoro su tiempo como el de Marco Polo y la bondad vuelta un ser humano, a Daniela Valle, que se aprovecha ahora de esa bondad, también a Carlos Illescas y sus teorías conspirativas que alegraban, de compañeros que conocí y se aprendió lo bueno y lo malo como Brayan Montes, Claudia Tabales y Eva Valle, a quienes menciono porque tuvimos la frecuencia de encontrarnos a casi diario, pero sin duda hay una lista de 127 compañeras y compañeros que desempeñaron el ejercicio y cercanía con las personas de las distintas colonias, y que saben que me refiero a ellas pero no quisiera citar con el miedo de que encuentren conjeturas al final de este camino. Bien o Mal diría Fidel Castro “La Historia nos absolverá”
Agradezco a todas y todos por las enseñanzas y sobre todo por darme paciencia, deseo que la claridad llegue pronto para todos.
Al estilo de la Criticona diría que… Al Ultimo y Por Ultimo Pero Nunca, Nunca Menos Importante…
“¡Que pronto pasa el tiempo y como cambia la suerte de los hombres! Mis camaradas de aquella época ahora son generales, secretarios de estado y algunos de ellos hasta han sido presidentes. Ellos son ricos y poderosos mientras que yo estoy, enfermo, casi ciego y con un numero por nombre.. Pero es que mis antiguos camaradas son hombres prácticos y yo soy un soñador de modo que es por mi culpa… sin embargo prefiero ser un soñador que un hombre practico.” Ricardo Flores Magón, parecía difícil creer que los sueños no se cumplen, pero debemos demostrar que lo es, claro nunca tampoco sacrificando la dignidad porque esa debe ser costumbre como no la ha sido en este país. Crear comunidad solidificar lo construido y no abandonar aunque pensemos en el peor de los caminos, nos tenemos los unos a los otros para que no seamos prácticos, sino soñadores que buscan el cambio de la realidad, pero enserio.
Marcos Alan Jimenez Gomez
A Mi mamá, a mis hermanos, nos quedamos nosotros.
Había pensado cuando leí, la investigación de Jesús Lemus, escribir de nuevo en el cuaderno a doble raya, pero no fue hasta hace poco que revise, la última publicación y fue la lectura de “La idea de no volverte a ver nunca más.” Que me sirvió en su momento, ¿para despedir a mi abuela?, pero ella era más música, más manías y costumbres que no se pueden escribir, son en el día a día, pero a 8 meses se van notando o simplemente se asimila con tranquilidad la ausencia, que era necesaria, porque no era vida, no era un estilo que debían llevar. Pero a 6 meses me sigo preguntando porque y no asimiló, no podría tampoco reducirlo a un libro, a una criticona, a nada, es todo, abarca múltiples cosas, por ejemplo ahora que los diablos juegan la serie del rey, está implícito. A propósito de ello me he acordado de una tarde en la que con ellos y mi hermano, fuimos a Tranviarios para jugar beisbol, le lanzaron la bola y se rompió el bate, como aquella escena, la bola se fue para no regresar y se fragmento aquello que unía, pero no lo digo con tristeza, a veces son requeridos estos momentos, pero creo que aún no eran los tiempos, no lo eran porque no me habían dicho, que ya no tendría con quien hablar de las noticias, que no habría quien me dijera si iba bien la idea o que las cosas no eran así, hasta ahora cada que leo la Jornada entiendo que la radicalidad no era gratuita.
No es ridícula la idea de no volver a verlo, no es ridículo decir que la brújula se extravió y tampoco es ridículo decir que han sido difíciles los días porque no se entienden, que si no sabía, que íbamos hacer sin mi abuela, y la paz que traía para los intereses mafiosos de los familiares, nuestra Corleone, en defensa de la familia. Que hacer sin aquella fuente de inspiración primaria en múltiples temas ya no está y que de alguna manera ahí se confluía con todos, el hombre de madera ardió en el incendio, que aún no debía ocurrir.
Diría Juan Gabriel que está tranquila mi conciencia, pero sé que pude hacer más por él. Es tranquilidad frágil, fugaz, no encerrar, no limitar a quien fue formador de formadores, me pregunto si es normal que a esta distancia sea sano leer y decir que le mostrare la lectura, la caricatura o que le preguntaré que le parece tal o libro o si ya lo leyó… Pero entiendo que la función de Corleone no era para él, los intereses mafiosos decidió no sortearlos y vaya que existen bastantes, eso le concedo como justificante para marcharse, son abejas de la ambición como diría Carlos Fuentes, pero bueno, en la novela Leonora diría Elena Poniatowska “La finalidad de la vida no es prosperar sino transformarse. Cuando uno se lanza a lo desconocido se salva.” Eso nos queda lo desconocido sin la guía, sin las rueditas para andar por ahí. Para andar y ver.
Creo estar dando vueltas y es porque no sé cómo decir que serán los próximos meses, años hasta encontrarnos en la playa eterna, si es que llego ahí, mientras tanto será como el poema de Jaime Sabines viviré, viviré.
No me despido, porque habrá mil maneras de encontrarnos de recordarnos y torturar por aquellos efímeros momentos de la vida que no retornan, jamás.
P.D. Leí de nuevo Anabel y la solidez o quizás mi fe en un político se niega a revisar con mayor cuidado, pero nos veremos, Camarada.
PD.2. Ya se esta agotando el espacio en el librero ahora me arrepiento de aprender con fineza el oficio de la carpintería.
Quien te quiere y te extraña.
Marcos Alan Jimenez Gomez
No Volverte a Ver
A Mí Abuelo, Cariño, Comprensión y Mucha Fuerza.
A Mí Mamá, Compañía, Amor y Abrazos
A Mis Tíos Resignación.
La muerte me acecha, la muerte me respira en la nuca y me altera.
Me enamora la muerte, pero la resisto, la alejo porque la concibo natural, inevitable, pero digo todo esto, porque cada noticia que leo en las páginas de internet o de los diarios de al menos los últimos 20 días son muertos, los primeros del 2024. Mi abuela los llamo o se juntaron todos haciendo fila, no lo sé, no lo quiero ni siquiera escribir, pero prefiero eso a que me siga persiguiendo y que salga algo, al menos, por ahora.
Llego un libro que habla de la muerte, del feminismo y algunos temas más como base la biografía de Marie Curie. La Ridícula idea de no volverte a ver de la española Rosa Montero, destrabo mi lectura, destrabo que debo de decir algo más que agradecer:
Mi abuela nos abandonó y no volverá. No puedo pensar en que salió de viaje por qué no lo hacía, no puedo creer que haremos, ¿Cómo habremos de sobrellevar los días?, o mi abuelo su preocupación de ella y ahora la de todos, como la historia de duelo de Rosa Montero y su esposo Pablo, como Marie con Pierre Curie, vivieron sus duelos, sus pérdidas, sus muertos. De nuestra muerta, no puedo juzgar el pasado, ni tampoco adorarlo o como dice Juan Gabriel “Todo haces bien, ser muy buena es tu virtud.” Eso sería insensato e hipócrita, tenía sus luces y sus sombras como todos las tenemos. Sin duda la quise porque era alcahueta comprando papas y coca cola, cuando no podía hacerlo, fue una guía musical, una inspiración y aberración religiosa, fue mi abuela y un poco de madre y eso ya no estará más, ni sus llamadas, ni sus insistencias que desesperaban, si le preguntan alguien más de mi familia quizás uno exagere en la perdida, pero perdimos a una abuela y mi mamá y sus hermanos a una madre, mi abuelo perdió a su compañera de camino de los últimos 49 años, cada quien ofreceremos a ustedes una visión, una Rufina diferente, el libro me ayudo como he dicho ya líneas arriba a destrabar, a tratar de calmar la persecución de “la tía chepita” que su superación puedes encontrarla en los libros, o de alguna forma diferente, lo importante es salir del duelo y honrar lo que nos dejó a cada uno.
Es como dice Rosa Montero ridículo pensar que no volverás a ver a la persona nunca más. Pero mientras la alcanzamos debemos continuar viviendo porque el tiempo no se detiene, hay que caminar, porque estancarse es el peor de lo caminos.
Que por cierto la letra de José Alfredo dice “Por eso me despido, llevándome conmigo, Este cariño grande, que tengo que matarlo…” lo siguiente es morirse lejos y sin molestar a nadie rematando que “Escogeré el peor de los caminos, y le diré a la gente que no nos, conocimos…” a ella le gustaba “Vámonos” que dice “Vámonos, donde nadie nos juzgue/ Donde nadie nos diga que hacemos mal/Vámonos alejados del mundo/ Donde no haya justicia ni leyes, ni nada/ Nomas nuestro Amor” Vámonos pues, con esta me despido de alguien pero persiste y resiste. Es indispensable salir y no caer en el peor de los caminos.
Después del desvió, La Ridícula idea de no volverte a ver” es un libro sencillo de leer y seguir del cual cada uno también podemos tomar las temáticas que maneja, hay una sobre el feminismo, que me parece interesante, hay discursos que se quedaron ya rezagados y lo importantes es ir transitando a las nuevas formas y temáticas, como lo expone en su último libro Marta Lamas, en fin, esta recomendación lectora es más que eso extirpar los demonios de los últimos días o al menos unos pocos, los más recientes.
Marcos Alan Jiménez Gómez
El camino del santerito ilustrado
“Lo que importa es el camino,
no la meta,
por eso al final
de todo destino
se abre un nuevo sendero.”
Comencé a leer un libro por culpa de un meme. Se llama Mitología Yoruba, de Javier Tapia. Es el primero que adquiero en formato electrónico y, sinceramente, creo que no consumiré muchos más así. Extraño pasar las páginas, subrayar, anotar, detenerme. Son creencias mías, renunciables solo a la comodidad.
Este libro —que, según digo yo, me hará un “santerito ilustrado”— cuenta las patakís, las leyendas de los yoruba: la creación mítica de los dioses, los orishas. En otras culturas, esos relatos equivaldrían a la Biblia, aunque sin el tono condenatorio y enfermo de lo humano que tantas veces arrastra la tradición judeocristiana. Tal vez por eso me resultaron tan entrañables los orishas y Oludumare, el creador supremo: todo lo conocido y lo desconocido, todo y nada a la vez. Por eso no se le rinde culto, porque creó el universo y delegó en los orishas el destino de los hombres.
Cada orisha tiene dones, virtudes y errores. Algunos acertaron, otros fallaron en la creación del ser humano. Tener a uno como guía no implica protección absoluta, sino claridad de camino. Y el camino, según esta religión, está trazado: podemos desviarnos, usurpar un tramo de bonanza o volver a la pobreza, pero tarde o temprano regresaremos a nuestro sendero. La vida y la muerte son parte de ese recorrido. Morir no es castigo.
También me sorprendió la libertad sexual de los relatos. Los orishas tuvieron múltiples parejas, incluso relaciones incestuosas, sin que ello se considere pecado. La santería no castiga el deseo: entiende que errar y acertar son parte del aprendizaje. Rezar o participar en los rituales, dice Tapia, es abrir el camino. “Nadie cambia del todo —afirman los yoruba—, se puede empeorar o mejorar, pero nunca se abandona el camino.”
El libro, además, ofrece una mirada histórica: la fusión entre las creencias africanas, las indígenas y las europeas en el contexto de la esclavitud y la colonización. De esa triada nació una espiritualidad mestiza que sobrevivió a la persecución, incluso tras la revolución cubana. El sincretismo con los santos católicos, los collares, los altares, son mutaciones que mezclan al yoruba con el vudú, el palo o el candomblé brasileño.
Y es curioso: el texto señala que no son los dioses nuestros esclavos, como a veces creemos cuando pedimos favores o milagros. Ellos no obedecen nuestros caprichos, solo acompañan el recorrido espiritual. Ninguna religión, pienso, garantiza una respuesta definitiva. Ni siquiera la inteligencia artificial —a la que le pregunté— pudo decirme qué hacer cuando duele el alma, mucho menos cómo evitar ese dolor.
Cada quien que practique lo que crea conveniente. Yo solo ofrezco una versión libre, quizá libertina, de lo que escuché sobre la santería: un exorcismo a través del diálogo, del escucharnos. Porque, como dice Tapia, “la carne es más dura que el hierro”, y las creencias se defienden a morir. A ese extremo no pretendo llegar. Prefiero buscar un camino armonioso para entender y aliviar esos dolores que hieren en cadena.
Hoy me declaro un santerito ilustrado, con ganas de leer todas las religiones posibles. Y, religiosamente, me declaro agnóstico.
P.D. Escuchemos y relajemos el tema con algo que nos une: la música.
🎵 Mientras me curo del cora, de Karol G.
“Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala”. Albert Camus.
“A sus órdenes, mi general. El caso Cienfuegos y la sumisión de AMLO ante el poder militar.” Editorial Grijalbo de J. Jesús Esquivel publicado hace unas semanas coloca dos frases una del periodista norteamericano Isidor Feinstein Stone que dice “Todos los gobiernos mienten” es el inicio de la victoria de un gobierno mexicano y aun más en durante la era dura de Donald Trump en la presidencia, pero no fue la administración de López Obrador, fue ese poderío militar que hoy es aún más contundente que con Felipe Calderón, si con Calderón se mimetizo la policía con el narcotráfico, el poder civil ha cedido al militar con todo y su corrupción, con toda y su opacidad, con toda y su podredumbre, esa es la cuarta transformación en materia de seguridad y peligrosamente la cuarta transformación es una decepción civil, pero es la cristalización de los militares de asumir más presencia, tanta que se normaliza su presencia en el transporté colectivo "metro".
Carlos Gaytán Ochoa, en alguna comida organizada en 2019 por el secretario Luis Crescencio dijo que “Nos sentimos agraviados como mexicanos y ofendidos como soldados“. Palabras que en su momento causaron gran revuelo así como fueron criticadas por un López Obrador distinto al actual, desdibujado en cuanto se escriben estas líneas, sometido por militares corruptos que tienen control de toda la vida institucional, si se considera una exageración de mi parte, quizás la sea, pero es peligroso y alarmante la parsimonia de aquellos personajes que se proclamaron contra la ley de seguridad interior y que hoy la aceptan, si bien no se aprobó con ese nombre la vivimos sin chistar ni una sola coma y la realidad nos alcanza a pasos agigantados, tan agigantados que los hechos ocurridos en agosto de 2022 los estamos hablando en marzo de 2023, medio año después de los abusos militares, del asesinato brutal de jóvenes que enfiestados fueron acribillados, sino hasta fusilados por la desmedida fortaleza de la milicia que allá en las dictadura chilena se vivía o que para la narrativa presidencial no le parece pero si se contrasta Calderón y Peña ocurrían con mayor frecuencia este último con dos hechos mediáticos como la desaparición de los normalistas y las ejecuciones extrajudiciales de Tlatlaya, pero no por su menor repetición debemos de normalizar. Es un crimen intolerable. Es un crimen guardar silencio porque en nombre de la militarización disfrazada de cuarta transformación e ideológicamente o aparentemente de izquierda y al más estilo Juan Escutia no nos debemos envolver y lanzarnos. Yo creo que no debe ocurrir así, lastimosamente las acciones y los hechos me contradicen.
Como lo señala el periodista Isidor, todos nos mienten, todos nos utilizan para sus discursos, pero dista mucho lo dicho con lo hecho, porque eso de que estén sentando las bases de una impartición de justicia está lejano, en primera por sus corruptos, entiéndase una ministra pirata entre sus filas, los intereses económicos y de elites privan aun y eso por no ahondar en Julios Scherer Ibarra y otras formas de operación judicial de la corrupción, pero ese es otro tema interesante y complicado también.
Continuemos hablando de este libro, este libro que algunos indicios periodísticos señalo el mismísimo diario Reforma, un periódico interesante de leer hace algunos año y radicalizado en este gobierno, pero ese mismo periódico aseguraba que los mismos generales que operaban con Salvador Cienfuegos operan con Luis Crescencio Sandoval y eso quedo clarísimo en su defensa férrea de militares y de hombres millonarios según también lo indica este trabajo periodístico; necesario y revelador por uno de los mejores reporteros que aún persisten en la revista proceso.
El libro continua con las averiguaciones, con los relatos de los funcionarios del gobierno mexicano de cómo se enteraron de ese encausamiento judicial en contra del hombre más importante de la secretaria de la defensa nacional de una administración del "pasado neoliberal" que se defendió indudablemente con el sello de la "honestidad valiente" vaya decepción. Este trabajo obtuvo las palabras
off the record de un fiscal norteamericano involucrado en el armado de las carpetas incriminatorias y que renuncio a su puesto por lo concedió por Barr. Cabe señalar que esta plagado de narraciones extraoficiales porque esta "caliente" la situación por que siguen las averiguaciones y aun puede condenarse a Cienfuegos. El ex fiscal gringo es contundente al señalar la corrupción y las negociaciones fuera de la legalidad por preservar los intereses de su país sobre el nuestro. Aunque en el discurso de la cuarta transformación el valor nacionalista es importante y necesario, lo creo y lo apoyo sin duda alguna, pero no acosta de la impunidad de un criminal que tiene a este país desangrándose y destruyendo la vida de cientos de personas a diario ese "blindaje nacionalista” que regula la operación de la DEA en México es en el fondo para que no les vuelva ocurrir algo similar, eso es lastimoso para un estado de derecho eficiente, para que impere la ley sobre los intereses de gente influyente, hay una frase que me queda como un piolet en la cabeza y que coincido plenamente cuando este ex fiscal señala que "en Washington hay una gran y genuina preocupación ante la militarización de México por designio del presidente López Obrador”.
El mismo que dijo que no era necesaria una ley de seguridad interior, el mismo que prometió encuartelar a los militares y ese mismo que los ha normalizado en las calles disfrazados de “Guardia Nacional” ese mismo que no cumplirá y dejara peligrosamente un ejército robustecido, pero aún más peligroso la nula participación no digo de la oposición, si no de la misma izquierda que aplaude, calla y justifica lo que criticaron antes.
Jesús Silva Herzog sostiene que “La apuesta militarista golpea a la administración, expande los territorios de la corrupción, multiplica los espacios para la intimidación y el abuso. Augura tensiones al interior de las corporaciones y entre el poder civil y el poder militar. Pocos procesos tan alarmantes como la regresión militarista.” No creo que un intelectual conservador sea más claro que uno de izquierda, no creo que uno de ese tipo escriba contra esa atrocidad que uno que marcho hace algunos años contra el derrame de sangre también lo dice Silva-Herzog Márquez “No hay que ensalzar la política porque no hay que esperar mucho del hombre”.
Es por ello importante señalar como lo hace Ignacio Escolar “La razón por la que el periodismo perdió su prestigio es que nos vieron como parte del poder y no un contrapoder. Una parte del periodismo creyó que debía encargarse de quitar o poner gobiernos. El trabajo del periodismo es el de fiscalizar el poder, ofrecer información suficiente a los ciudadanos para ellos decidan quitar o poner gobiernos”
Que ese es un debate importante, los periodistas no deben servir a nadie, los periodistas deben ser independientes y cuestionar a todos por igual, por eso me es detestable que ahora quieran desacreditar a periodistas como Anabel Hernández, Carmen Aristegui o el mismo autor de este libro que es imprescindible su lectura para pedir sencillamente que los militares regresen a los cuarteles y que la vida civil se regularice. No declarar que ya no existe la corrupción (civil), pero persiste la militarista. Ellos se irán, nosotros nos quedaremos como siempre esperando una revuelta justa, lejana y utópica.
Marcos Alan Jiménez Gómez
El linchamiento de las ideas
De Madero a la Cuarta Transformación, los medios siguen jugando la misma partida.
A mi camarada Carlos Illescas,
a veces perdemos sin saber lo que teníamos.
Abrazo fraterno.
Hace unos meses emprendí la lectura de El linchamiento gráfico de Francisco I. Madero, de Rafael Barajas “El Fisgón”, editado por el Fondo de Cultura Económica. Es una joya editorial: un texto ampliamente documentado, de lectura ágil (si se tiene el tiempo), que retrata con lucidez la estrategia comunicacional de avanzada en México hace más de un siglo.
Aquella maquinaria mediática, aunque no logró permear en las bases revolucionarias, sí lo hizo en un sector letrado y reducido del país. Hoy, más de cien años después, seguimos bajo el influjo de las grandes corporaciones mediáticas —las mismas que liquidaron a Madero— y que continúan golpeando a los proyectos de transformación, incluida la llamada “revolución de cuarta”.
La caída del “caudillo de la democracia”, como lo nombra Rafael Barajas, fue sin duda el resultado de una crítica constante y plagada de mentiras. Pero también, como el autor sugiere, de una falta de decisión política. Madero, como bien apunta la tesis marxista de la dualidad de poderes, no supo resolver el conflicto entre la vieja y la nueva institucionalidad. No le faltaron ideas, pero sí, quizá, los pantalones para liquidar a sus adversarios.
¿Buscaba realmente la liquidación del status quo? No. Lo menciona en incontables ocasiones. En cambio, Rafael Barajas sugiere una posible traición de Ricardo Flores Magón, algo que personalmente no creo. Magón defendía una transformación radical, tal vez utópica, pero profundamente honesta y trascendental.
Quienes nos asumimos de izquierda sabemos que las coincidencias plenas son imposibles. Somos necios, obstinados, y muchas veces incapaces de unificarnos como sí lo hacen los opositores. La lucha de la izquierda es constante, interminable: llegar al poder no siempre implica tenerlo. Esa es, quizá, una de las lecciones más actuales del libro.
Barajas sostiene una idea central que sigue vigente: los medios —el cuarto poder— determinan el rumbo de las naciones. Controlar un sector social basta para incidir en los destinos políticos. Así como ocurrió en 1910, ocurre hoy: en plena Cuarta Transformación, la batalla comunicacional es tan feroz como entonces. Y si bien no permea en todos los círculos sociales, su influencia es profunda, persistente y sofisticada.
Las líneas que ahora escribo nacen de esa convicción: en la revolución contemporánea también se libra una guerra de percepciones, una lucha simbólica por el sentido de lo público. Como hace 109 años, persiste una dualidad de poderes y la necesidad de decidir —política y éticamente— si habrá una ruptura real o solo una transición más.
El botón de muestra lo vimos hace unos meses, con la votación del domingo 17 de abril, en torno a la reforma eléctrica. La oposición mostró con claridad los intereses privados que representa, mientras el proyecto lopezobradorista volvió a plantear la disputa central: soberanía o subordinación.
Así de claro el panorama rumbo a la sucesión presidencial de 2024. Más que elegir personajes, el país votará entre dos proyectos de nación: uno de izquierda, otro de derecha. La historia, una vez más, se escribe en los márgenes del poder y en las calles del pueblo.
Y a muchos, sin duda, la zurda nos sigue llamando.
Transformar La Vida Pública, Una Propuesta.
La planeación didáctica en el país o se omite o simplemente su ejecución se disipa y se queda como un documento burocrático mas y esto es señala de un abandono del sistema educativo nacional, que en tiempos pasados no se formuló más que la burocratización de este sistema hace 100 años, pero no una profesionalización, ni siquiera en tomar en cuenta la de Peña Nieto y mucho menos la reforma de la actual administración, administración que promete hacer una transformación de la vida pública, pero que simplemente a estas alturas, no creo que se logre porque como diría el escritor Carlos Monsiváis “Si no se da la batalla cultural se puede perder la batalla política.” Y una herramienta que la auto proclamada cuarta transformación en la planeación didáctica y otras tantas herramientas de planeación podría lograr el cambio revolucionario en las conciencias, porque parte de una claridad singular que significa el contexto social, la planificación de los contenidos y materiales educativos (pero que en las manos que están depositados al menos en Materiales Educativos, estamos acabados por la cerrazón) pero sobre todo en guiar al docente en la transición a esta nueva forma de enseñar a los alumnos que son realmente las pequeñas creaciones que harán de este país la utopía transformadora, porque bien se menciona en el libro de Raúl Barajas (Planeación Didáctica Argumentada. Corazón De La Evaluación Docente) existe ya una corrupción normalizada en estos procesos de aprendizaje porque en ellos nos formamos como alumnos o docentes.
La formación de la planeación abarca el contexto social que no solo abarca lo público como lo he mencionado, si no se acerca al núcleo social que es la familia, la formación en este es fundamental para comprender la conducta y actitud individual del estudiante porque esta señala el texto, se destaca en cualidades que tienen mayor repercusión los cuales se engloba en la composición familiar, es decir con quienes vive, que lleva a la dinámica familiar, de ellos quienes trabajan, o que realizan con el alumno en el día a día, de igual forma los estilos parentales determinan la forma de ejercer la autoridad en el nucleó de la sociedad, así como el nivel socio económico, que sin duda alguna es determinante en muchos aspectos, porque influye en el rezago que el alumno pueda presentar y en la calidad de vida, también dependerá la escolaridad de los padres que influirá en el apoyo que estos representen para el alumno así como las costumbre y tradiciones de determinada comunidad, esto debe adaptarse a la multiculturalidad de país mismo, como hacerlo es colocarnos en las circunstancias que se observen y analicen como docentes, y aplicarlo en la planeación y modificar durante la marcha, Paulo Freire decía que la receta de la educación en Brasil, era exitosa porque estaba pensada en el contexto brasileño, y sus técnicas fueron pensadas para la ejecución del proyecto, que él no podría escribir un recetario, si no las experiencias, que podía o n servir, que era cuestión del contexto y las características individuales del alumno y del docente mismo, y eso es lo que debemos hacer, podría ejemplificarlo, pero sería inventar y minar el camino engañado a quien lee estas líneas pero a mí mismo porque no hay nada concreto o conocido para mí.
Como lo he comentado hasta el momento la planeación didáctica es fundamental para la aplicación de los planes de estudio y la forma en que esta se adaptará a las circunstancias y experiencias de los grupos que en una misma ciudad pueden variar, no es lo mismo trasmitir n la colonia del Valle, alcaldía Benito Juárez conocimientos que en la colonia Reforma Política de la alcaldía de Iztapalapa, y ambas están en la capital del país, es por ello indispensable la aplicación en cada espacio y asignatura que se imparta correctamente es además una profesionalización de los docentes que siembran los conocimientos a los alumnos que crecerán para revolucionar la vida pública de un país y construir la utopía anhelada por muchos verdaderamente.
Marcos Alan Jiménez Gómez
La Voluntad de Servirse
Coincido con Sergio Aguayo, en su columna de hoy en Reforma, que titula “Chalecos Rivales” cuando dice que "mantienen una arrogancia que requiere corrección con unas inyecciones de humildad democrática." se refiere a los Servidores de la Nación, que voluntad de Servicio, muchos no tienen, están por conveniencia y acuerdos que se tomaron en esta 4T. Y eso es innegable, muchos citan y se refugian en las palabras de Andrés Manuel cuando dijo: "… la política es un noble oficio, es lo que permite al ser humano ponerse al servicio de los demás, quienes se consagran en ella deben de estar decididos a guiarse por los valores más elevados que sus propias aspiraciones personales. El poder solo adquiere sentido y se convierte en virtud cuando se ejerce en beneficio de los demás." Pero realmente pocos lo entienden, quizás yo tampoco lo logre concretar, pero en este cuaderno me gustaría apuntar lo que creo si entiendo yo, cuando se dio la oportunidad de entrar como bateador emergente al encargo de un módulo de pipas de la alcaldía de Iztapalapa, una muy buena decisión, romper la tradición de concentrar su distribución desde los pozos o garzas, donde las mañas y negocios estaban al por mayor, hoy siguen existiendo, será una verdadera proeza cuando verdaderamente se acaben esos cacicazgos, nepotismo y cuando por fin se decidan a barrer las escaleras de arriba hacia abajo, desde la Conagua, pasando por SACMEX (que mucha falta le hace) y de verdad combatirla en la alcaldía, donde se ha construido una apariencia, pero no tenemos mucho que ofertar porque estamos de paso, si se rompe la continuidad, que es probable si no se garantiza la continuidad de una persona (Clara Brugada, pero estamos cayendo en caudillismos y en una crisis severa de creación de cuadros nuevos y con mejores intenciones, pero que no sean solo intenciones, si no acciones, como son algunas que ha tomado y son reconocibles para Clara), es una crisis tras otra, pero debe comenzarse hacer si realmente se busca la trasformación, pero bueno, yo en un lugar más humilde, trate de entender ese encargo en buscar un servicio más eficiente se dice tarda de 3 a 5 días, sin presumir, se ha logrado minimizar el tiempo de espera de máximo 1 día después de realizar la petición, y eso con solo dos pipas, me decían que no eran pizzas, que no mal acostumbrara a la gente, claro, se atiende a gente que no está al corriente de los pagos del uso del vital líquido y es gente que desperdicia el agua, cuando se solicita constantemente, y lo podría asegurar porque en la zona poniente de Iztapalapa, la falta de agua es casi nula, no digo que no exista, pero es muy raro, quizás existe en donde hay una mala planeación de la construcción de unidades habitacionales y que habitan más personas de las que se contemplaba su creación, esa si se mal acostumbra, pero aquella que marca, cada ocasión en la que verdaderamente se queda sin el vital líquido, seguramente estarían satisfechos con el respaldo que garantiza un servicio eficaz, cuando tiene falla por alguna razón otro servicio fundamental, no es más que servirles y no servirse de ellos, que por lo que se dice valla que se servían de los vecinos de las distintas colonias de Iztapalapa, hoy también persiste la corrupción que debe acabarse porque proviene de una cascada, quizás se aparente que cae agua cristalina pero no muchas veces así, porque no existe la voluntad de servicio, y porque en la cuarta, muchos “…que no tiene principios, el que no tiene ideales, el que es un ambicioso vulgar, no debe dedicarse al noble oficio de la política, se debe ir al carajo” non siguen tampoco las palabras del presidente y esto es un pequeño resquicio, quien verdaderamente lo debería decepcionar son los Servidores de la nación (los que viven de la gente que no atienden), la gran mayoría es opaco en su actuar y corrupto en la entrega de los apoyos “prioritarios” de esta administración, pero dentro de la administración de estos servidores están la duda de millones de pesos “perdidos” en cuentas que quien sabe qué regional, súper-delegado o quizás hasta en la coordinación se queden, porque es muy poco probable que le interese ese negocio al Secretario May, cuando ya tiene su agosto en el programa de Sembrando Vida, ya sabremos al final de la 4T cuanto cosecho el May.
P.D. Muchos errores se han cometido, no hay negros, ni blancos, también se tienen grises y con la voluntad de muy poco no se va a transformar un país.
La propaganda actual
La propaganda actual
Por Marcos Alan Jiménez Gómez
Hace dos años, cuando nos encontrábamos en medio de una de las elecciones más importantes del país, no solo porque la izquierda al fin llegaría a la presidencia de la República, ni porque después de dos intentos Andrés Manuel López Obrador avasallaría con el 53.3 % de los votos —es decir, más de treinta millones de sufragios—, sino porque la juventud tendría una decisión determinante, se vivía un momento histórico en múltiples sentidos. Fue también la elección con el padrón más grande de nuestra historia: millones de ciudadanos con derecho a votar en un ejercicio democrático inédito.
En ese contexto apareció un documental del entonces candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia” (Morena, Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social). Aquel documental se tituló Esto soy, y en él se mostraban las creencias, visiones y raíces del hoy presidente. Quizá con ciertas exageraciones —como la casa en la que vivía en Macuspana, Tabasco—, la cinta dirigida por Epigmenio Ibarra funcionó como un eficaz ejercicio propagandístico. La calidad técnica no era mala, aunque presentaba detalles; sin embargo, lo relevante fue la narrativa: un retrato de López Obrador como hombre austero, convencido y cercano al pueblo.
Hoy, en medio de otra coyuntura compleja, la entrevista-documental que vuelve a presentarlo desde el poder busca repetir ese efecto: adentrarnos en la figura presidencial y reforzar el mito del líder. En la primera parte, el mandatario hace un recorrido por lo “conquistado” y aparece sonriente, subrayando constantemente la idea de haber llegado a Palacio Nacional. Se le criticó, incluso, por subirse a una silla “histórica”. Pero, si fuera realmente histórica, estaría en un museo, no en una oficina. Las críticas, en ese sentido, parecen más un intento por buscar errores donde no los hay.
En la entrevista, el presidente muestra una sala dedicada a líderes opositores de viejos regímenes: el periodista Daniel Cabrera, el guerrillero Genaro Vázquez, los intelectuales Carlos Monsiváis, José María Pérez Gay y Julio Scherer García. Este último, paradójicamente, fue víctima del golpe de censura contra Excélsior en los setenta, que derivó en la creación del semanario Proceso. Ver su nombre en un reconocimiento presidencial es simbólico, sobre todo considerando que su hijo es hoy jefe de la Consejería Jurídica del Ejecutivo.
A pesar de los aciertos simbólicos, el trabajo audiovisual falla en su estructura y ritmo. A lo largo de las tres partes, se percibe una narrativa desigual y a veces complaciente. Sin embargo, logra su cometido propagandístico: transmitir las ideas del presidente y fortalecer su imagen.
En la tercera parte, López Obrador responde a una pregunta clave:
—¿Abruma o reconforta la esperanza?
—Reconforta —dice—. Es bueno despertar sueños, esperanzas, para volverlos realidad.
Y ahí está el dilema. Porque una cosa es inspirar esperanza, y otra muy distinta es alimentar sueños imposibles. Un presidente que ofrece esperanza sin resultados corre el riesgo de volverse un predicador. No necesitamos más discursos que inviten al autoengaño. Necesitamos hablar de realidades y dificultades, de un país que enfrenta una crisis profunda —quizás tan severa como la del Crack de 1929— y que no puede refugiarse solo en el idealismo.
Soñar puede mitigar la realidad, pero también puede anestesiar la conciencia. No es la “revolución de las conciencias” lo que se promueve así, sino su adoctrinamiento. No se trata de dividir entre “conmigo o contra mí”, sino de buscar el punto medio, la justa medianía de Juárez: el equilibrio entre la crítica y la esperanza.
El periodismo, en esa línea, tiene la obligación de incomodar al poder. Su deber no es ser fiel ni complaciente, sino cuestionar siempre, esté quien esté en el gobierno. No se trata de negar los logros, sino de evitar caer en la fe ciega.
Vivimos un momento hermoso, sí, pero también peligroso. No podemos ser un Juan Escutia que se envuelve en la bandera y se lanza al vacío; esa no es la actitud de un pueblo transformador, sino de uno manipulable.
La serie documental sobre López Obrador —al menos en sus tres primeras entregas— muestra las luces y sombras del caudillo que elegimos con esperanza, con fe o con urgencia de cambio. Hoy, el juicio no está cerrado. Ni la historia lo juzga aún, ni nosotros, como sociedad, hemos terminado de juzgarnos a nosotros mismos.
